Cerca de 16.000 ciudadanos de 149 países se han unido, entre otros, a un gran número de restaurantes, chefs y supermercados europeos en el boicot de WWF al atún rojo.
Los consumidores han firmado una petición, que se entrega hoy en la reunión del ICCAT, renunciando a su uso hasta que las poblaciones se recuperen, estén bajo control y sean gestionadas de forma sostenible. Tres prestigiosos cocineros españoles ya se han sumado a esta iniciativa por la conservación de esta especie en peligro.
WWF ha presentado hoy en la reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), que se celebra esta semana en Marrakech, las firmas de casi 16.000 ciudadanos de 149 países de todo el mundo apoyando el boicot de esta organización al consumo de atún rojo. A esta iniciativa se han unido igualmente numerosos restaurantes, chefs, proveedores, procesadores y distribuidores de atún. Asimismo, cadenas de supermercados como Auchan (Francia) o Carrefour (Italia) también han adoptado esta medida.
El boicot busca suspender el consumo de atún rojo hasta que las poblaciones estén bajo control y se gestionen sosteniblemente, para evitar así el colapso de la especie. No hay que olvidar que, tras más de 3.000 años de explotación, el atún rojo del Atlántico oriental y Mediterráneo está al borde de la extinción.
En las últimas décadas, su población se ha visto diezmada, reduciéndose al 36 por ciento de su población reproductora existente en 1970. De ahí que tres importantes restaurantes españoles hayan unido sus esfuerzos a la campaña: Sergi Arola Gastro, Dassa Bassa y Memento. Sus responsables, Sergi Arola, Darío Barrio y Karen Bell, respectivamente, son conscientes del grave problema al que se enfrenta el atún rojo y han decidido retirarlo de su carta.
- Sergi Arola, desde su restaurante Sergi Arola Gastro, destaca: "El atún rojo se encontraba entre los productos estrella en mi cocina desde hace años. Sin embargo, su crítica situación me ha llevado a retirarlo de la carta para asegurarme de que mis clientes van a poder seguir disfrutando de este manjar en el futuro". Y añade: "creo que es mi deber moral y mi obligación. Esta actitud la hago extensiva a otros productos en similares circunstancias y, muy especialmente, al tiburón, animal imprescindible para el equilibrio del medio marino, tal y como lo conocemos".
- Por su parte, Darío Barrio, de Dassa Bassa, también secunda esta opinión y subraya: "considero que es mi responsabilidad no sólo cuidar la calidad de los productos, sino también su sostenibilidad. Si queremos salvar al atún de su extinción comercial, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Por eso, he decidido apoyar la campaña de WWF España y dejar de usarlo a la hora de elaborar los platos en mi establecimiento".
- Asimismo, Karen Bell, de Memento, insiste en que: "No es realista, ni siquiera viable, seguir consumiendo atún rojo al mismo ritmo que antes, como si nada pasara. Sus poblaciones están en serio peligro y tenemos que actuar en consecuencia. Estoy convencida de que los primeros en dar ejemplo a los consumidores debemos ser los cocineros. Esta es la razón por la que me he sumado al boicot al atún rojo propuesto por WWF".
WWF asiste a esta reunión de ICCAT como observador en una delegación de varios miembros con el objetivo de influir en las negociaciones que están teniendo lugar en este foro. La organización pide la puesta en marcha de varias medidas para evitar la extinción comercial del atún rojo. De un lado, cerrar la pesquería, hasta que se encuentre bajo control y se den las condiciones para gestionarla de manera sostenible. De otro, establecer un auténtico plan de recuperación que, basándose en datos científicos, suponga un recorte drástico en las cuotas de pesca y en la capacidad de las flotas. Un plan que debe reducir el periodo de pesca, prohibiéndola durante los meses clave de la reproducción, especialmente, durante mayo y junio.
Por último, WWF solicita también la creación de Santuarios, para proteger las áreas clave para la reproducción de la especie, en el Mediterráneo, como las aguas de Baleares, el Mediterráneo Oriental y Central. Es importante señalar que en el caladero de Baleares, tradicionalmente el más importante del mundo en atún rojo, las capturas han caído un 85%, desde 2000.
Según Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España: "No queda tiempo para el atún; ICCAT es responsable de la situación actual y se juega su credibilidad y su futuro como organismo pesquero". Y concluye: "La Unión Europea, con más de la mitad de la cuota mundial de atún rojo, no puede seguir impidiendo el establecimiento de medidas de conservación en la pesquería. España tiene la clave para que se produzca un cambio de actitud en la UE".
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